martes, 6 de diciembre de 2011

Borges, los libros y yo

Borges y los libros

1. La Biblioteca de Babel

2. Tlön, Uqbar, Tertius Orbis

3. La Muralla y los Libros

4. Poema de los Dones

5. El Libro de Arena

Entré en el Centro Nacional de la Música de Buenos Aires con el fervor aproximado del mahometano que cumple con su estipulada peregrinación a La Meca. Se me antoja que la institución que ocupa actualmente el edificio se debe sentir un poco intrusa: siempre, aunque sea entre paréntesis, se recuerda que fue la Antigua Biblioteca Nacional; en la fachada reza, de hecho, Biblioteca Nacional, en grandes y solemnes letras doradas. Mientras paseo por el alto e imponente atrio, me fijo que a la mano derecha hay una puerta entreabierta, detrás de la que se adivina una escalera descendente. Sonrío para mis adentros y tomo una fotografía de esa puerta. Presa de cierta curiosidad, me acerco a un empleado:
- Buen día, señor. Me he fijado en aquella puerta. Supongo que muchos visitantes habrán querido entrar a curiosear. Ya sabe, por el cuento…
- Disculpe, caballero, no sé a qué se refiere.
- Bueno, el cuento, “El libro de arena”.
- El acceso por esa puerta es solamente para personal, ningún visitante puede entrar.
- Oh, ya veo. Gracias.
Un poco cortado, me alejo brevemente del lugar, fingiendo interés por alguna cosa del otro extremo de la sala. Pero ya la curiosidad es invencible. Vuelvo a acercarme al empleado de la otra vez:
- Disculpe que le moleste de nuevo. Estoy preparando una monografía…
La excusa no es del todo falsa.
- …y me gustaría saber si todo el fondo de la Biblioteca fue trasladado a la nueva sede, o si bien quedó algo acá.
- No, aquí no quedó nada.
- Pero yo he leído que el despacho…
- Todo se trasladó Recoleta, caballero.
- Ya veo. Gracias.
Sigo paseando por un par de minutos, fijándome de vez en cuando en la puerta vedada. Noto que el empleado me sigue con la mirada, quizás convencido de que voy a intentar fisgonear donde no debo. Considero pues que es momento de dar por terminada la visita.
Estoy un poco fastidiado: una fotografía de un vetusto anaquel lleno de periódicos y mapas hubiera quedado muy bien en mi álbum. Pero no pienso dejar que esto estropee mi paseo por Buenos Aires, y me dirijo hacia el centro por la calle Chacabuco, que una vez atravesada la Avenida de Mayo pasa a llamarse Maipú.
Tras las necesarias demoras que requiere un recorrido cabal por el barrio del Retiro, me encamino a la Recoleta, donde mi idea inicial es visitar la calle Quintana, y quizás, si me diera tiempo, el Cementerio y el exterior de la nueva Biblioteca Nacional. Comparado con el estilo clásico del edificio de la Antigua Biblioteca, el paralelepípedo de hormigón de la nueva sede se me antoja más adecuado para albergar arte moderno que sucesivas hileras de libros. En flagrante incumplimiento de mi ajustado horario de visitas, entro a la Biblioteca Nacional.
El cuestionario comienza de manera similar:
- Disculpe que le moleste. Estoy preparando una monografía, y me gustaría saber si todo el fondo de la Biblioteca fue trasladado desde la Antigua sede, o si bien quedó algo allá.
- Sí, se trasladó todo, caballero.
- Ya veo. ¿Usted llegó a trabajar en calle México?
- La verdad es que sí, pero por poco tiempo, al cabo de un par de meses se trasladó todo aquí. ¿Busca algo en particular? Es usted muy joven para haber conocido la Antigua Biblioteca, ¿cierto? Sobre todo, siendo extranjero…
- No soy tan joven, pero gracias por el cumplido. En cualquier caso, no voy buscando nada en concreto. Me preguntaba si quizás tienen alguna sección de la Biblioteca que se conserve como estaba entonces.
- Me temo que no caballero. Todo el fondo de la Antigua Biblioteca se ha distribuido por materias, salvo los ejemplares más valiosos, que están en la custodia.
Asiento lentamente, le agradezco la información al amable bibliotecario, y cuando estoy a punto de despedirme de él, agrega:
- Bueno, también hay una parte en el sótano que aún no se ha revisado y catalogado. Ya sabe, en parte por falta de tiempo, en parte por cierta desidia. De todos modos son todos libros viejos, dudo que tengan gran valor.
Voy paseando por las abarrotadas estanterías, y de cuando en cuando me detengo a examinar algún ejemplar, aunque de manera casi automática: mi mente está ocupada en pergeñar un plan descabellado.
La ejecución del plan es simple: como Casaubon en el Conservatoire, pero sin el refugio de un periscopio, me quedo muy quieto en un recodo que forman los incontables pasillos, confiando mi suerte a la negligencia del personal de seguridad y de paso imaginando las más variadas excusas para explicar mi presencia allí.
Una vez superada ampliamente la hora de cierre de la Biblioteca, me decido a abandonar mi posición, ignorando el riesgo de ser detectado por algún elemento de seguridad (hombre o máquina), urgido por mi propósito secreto, y también, todo hay que decirlo, por ciertas apremiantes necesidades provocadas por las horas de espera.
En mi deambular previo por la Biblioteca ya había encontrado el acceso al sótano. Descendí por la oscura escalera: en estos tiempos que nos ha tocado vivir, la antorcha y la lámpara de gas de los aventureros han sido sustituidas por la linterna del teléfono móvil, que es quizás menos romántica pero igualmente impide que acabe rodando escalones abajo. Pocos minutos después encuentro lo que debe ser sin duda el almacén de libros olvidados.
La cantidad de ejemplares sin catalogar es abrumadora, y no hace más que aumentar la impresión de que todo lo relacionado con esta búsqueda es una insensatez. Pero no es momento de echarse atrás, y procedo a revisar los libros uno por uno, sistemáticamente, sin obviar ni tan siquiera los que, por el título inscrito en el lomo, pudieran haber sido descartados a priori. Por la naturaleza del libro que voy buscando, el breve examen de cuatro o cinco hojas consecutivas es suficiente para descartar uno tras otro.
Transcurridas varias horas, completo el análisis de los libros del sótano: el que voy buscando no está aquí. Me paro por un momento a pensar en lo absurdo del razonamiento que me ha llevado a esta situación. Algo azorado, me dispongo a subir por la escalera y aguardar la llegada de los empleados de la Biblioteca, la consiguiente reprimenda y la sin duda inevitable sanción, cuando me doy cuenta de mi error.
Un libro de infinitas páginas ordenadas al azar tolera una secuencia de páginas consecutivas. Un libro de infinitas páginas ordenadas al azar tolera una secuencia de páginas reconocibles, triviales, propensas a ser ignoradas.
Vuelvo a comenzar por el principio.
La revisión es ahora más concienzuda, pero no dejo de llevarla a cabo con la sensación de que es una total pérdida de tiempo. Inopinadamente, ya fatigado por el sueño y el hastío, encuentro lo que estoy buscando. El Libro de Arena. No puedo creer que exista. No puedo creer que nadie lo haya encontrado antes que yo. O quizás alguien lo encontró y volvió a perderlo, horrorizado por el inenarrable volumen.
Es típico de las novelas de aventuras describir con minucioso detalle la increíble sucesión de acontecimientos que permiten al protagonista acceder al corazón de la fortaleza, del laberinto, del país enemigo; no es menos típico que el azaroso viaje de regreso se despache en unas pocas líneas. Comprendo a los autores de esas novelas: desgranar la compleja trama de casualidades que permitieron mi salida incólume del laberinto de la Biblioteca Nacional.
Amanece cuando mis pies pisan la calle Agüero. En la mochila que llevo a la espalda está el Libro de Arena, que Borges abandonó hace más de treinta años en un húmedo anaquel del sótano de la Biblioteca de calle México.
Hace ya dos meses que tengo el Libro en mi poder. Lo he hojeado sin descanso, robando horas al sueño y a mis ocupaciones. No me parece monstruoso. En esa bestia de múltiples tentáculos que es Internet hay tantas páginas que no basta la vida de un hombre, de muchos hombres, para leerlas todas. En la práctica, no hay diferencia entre eso y un libro infinito.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Las listas de Metterling de 2010 (parte 2)

Mejores canciones de 2010

01 Odessa de Caribou

Por mucho que uno valore su propio criterio individual, a veces es complicado resistirse a las mareas del consenso, sobre todo cuando te empujan a abrazar un tema como el que nos ocupa. Irresistible de principio a fin.

02 10 Mile Stereo de Beach House

La luminosa primera mitad de Teen Dream contiene 3 o 4 temas que podrían formar parte de esta lista, pero personalmente prefiero esta joya que ilumina la más sombría segunda mitad. Emoción es la palabra.

03 Runaway de Kanye West

Quizás la canción más pop del opus magnum de Kanye West, ya sería memorable incluso sin su parte final. Con ella (esa coda bañada de voces procesadas como si vinieran de otro mundo) necesitamos palabras mayores.

04 King Knight de Salem

¿Quieres saber qué es eso del witch house del que todo el mundo habla? El tema que abre el disco homónimo contiene la esencia de este género que aúna electrónica ambiental, voces fantasmales y, por supuesto, tinieblas. A complementar con la no menos neblinosa Burnout Eyess de OoOoOO.

05 Take em Up de Shit Robot

Nancy Whang, la menuda teclista de LCD Soundsystem, asume galones de cantante en este clásico instantáneo de la disco music. No nos engañemos: aunque el sonido recuerde a lo mejor de los 70, nunca habría podido grabarse antes de aquel legendario disco con la bola de espejos en la portada...

06 All I Want de LCD Soundsystem

...del ya lejano 2005. Cinco años después, James Murphy anuncia el fin del proyecto musical más relevante de lo que llevamos de siglo. Como despedida, nos deja grandes canciones como esta. All I want... es que la fiesta no termine. Already missing you, my friend.

07 I Need Air de Magnetic Man

La intro sincopada te baja las defensas, y para cuando quieres vacunarte te atacan el ritmo infeccioso y esa voz punzante. Un minuto de canción, y ya estás infectado. Y si dejas que transcurran los 4'15" que dura I Need Air, los síntomas te durarán toda la vida. Subidón!

08 Real Love de Delorean

Para un geógrafo, Ibiza es una isla de Mediterráneo singularmente bella. Para los hippies de antes, un sueño perdido. Para miles de jóvenes, sinónimo de madrugadas eternas de fiesta. Subiza es todo esto y más. Una Utopía hedonista. Yo quiero quedarme a vivir aquí.

09 Blue as your Blood de The Walkmen

Todo es de color... azul. El cielo y la sangre que corre altiva por tus venas. Y ese estribillo que ya nunca olvidarás... también es azul, como el poso que deja esta canción en tu alma.

10 Tus Amigos de Los Punsetes

Ja, je, ji, jo, ju. Esas cosas no las diría una señorita de las de antes... pero los tiempos han cambiado, y a veces es mejor usar una buena palabrota que andarse con circunloquios. Premio a la canción gamberra del año, seguida de cerca por esa gloriosa ida de olla que es La rave de Dios de Pony Bravo.

Mejores películas de 2010

01 Toy Story 3

Si segundas partes nunca fueron buenas, ¿qué decir de las terceras? Por supuesto, Pixar nunca ha creído en lugares comunes: la tercera es la mejor, y a los que íbamos con dudas nos deja con un palmo de narices, los ojos enrojecidos y un poco más felices.

02 La red social

En estos tiempos que corren lo que sucedió hace 5 minutos ya es historia, y antes de que Facebook nos devore a todos o muera en el intento, el dúo Fincher/Sorkin nos cuenta cómo empezó todo. Pero aquí lo importante no es el qué, sino el cómo: un relato de mimbres clásicos y hechura contemporánea, pespunteado por la estupenda banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross.

03 Origen

De acuerdo, no es una película perfecta, y algunos defectos son demasiado evidentes. Pero vislumbrar una nueva realidad y rodearla de una imaginería imponente es algo que, ay, no se ve todos los días. Si lo que cuenta es la intención, premio para el señor Nolan.

04 El Escritor

El lado oscuro del poder puede tener un cierto halo de misterio. Pero cuando se conoce de cerca, además de oscuro, vemos que es pantanoso, pringoso y maloliente como un pozo negro.

05 Shutter Island

¿Otra película de Di Caprio, pero esto que es? Pues un thriller psicológico absorbente y de una oscuridad morbosa. Y con una banda sonora memorable, con la plana mayor de la música clásica contemporánea: Cage, Ligeti, Penderecki, Feldman, Adams...

Mejores series de TV de 2010

01 Community

Comenzó como complemento a la noche de comedias de la NBC, donde reinaba, sigue reinando 30 Rock y su santidad Tina Fey. Pero Community es otra cosa, diferente, quizás mejor: una realidad alternativa donde se demuestra capítulo a capítulo que no todo está dicho en el honorable oficio de hacer reir. El capítulo navideño (un delicia del stop motion) es inolvidable; el especial de Halloween es, directamente, LEGENDARIO. Buscadlo, ya.

02 Rubicon

La serie enigma de la temporada. Fría, distante, esquiva... Con uno o dos (no termia de quedar claro) villanos memorables y su tono elegante y de alto standing, Rubicon deja abiertos más interrogantes de los que cierra. Y así se quedarán: la serie fue cancelada después de una sola temporada, y es desde ya leyenda negra de la TV.

03 Mad Men

Las series veteranas siempre tienen más complicado mantener el interés y la excelencia. Mad Men lo consigue de nuevo, apoyada en sus estupendos guiones, en la fascinanción que despierta su cuidada ambientación, y en un personaje impagable como Don Draper, con más facetas que un dado de veinte caras.

04 Sherlock

Nadie como los ingleses para revisitar uno de sus mitos literarios por antonomasia. La improbable pareja protagonista tiene química, las historias son buenas y el malo, malísimo. Una de esas series inglesas que son envidia de medio mundo.

05 Fringe

Una serie que había transitado durante dos temporadas por los peligrosos caminos del ombliguismo y la autocomplacencia descubre por fin un filón realmente valioso, y remonta por encima de las expectativas de propios y extraños. La imagen de una Estatua de la Libertad ajena a los inconvenientes de la oxidación es un hallazgo memorable.

sábado, 1 de enero de 2011

Las listas de Metterling de 2010 (parte 1)

Mejores discos de 2010

01 Teen Dream de Beach House

El espíritu de Cocteau Twins revisitado. Etéreo es la palabra. Llevábamos tanto tiempo esperando algo así...

02 Extractes d'un diari de Balago

Viñetas ambient en la línea del Brian Eno más inspirado. Desde luego, el título del disco da en la diana: fragmentos de un estado de ánimo. Ampliando el horizonte de un grupo fundamental desde su ya lejano "erm".

03 My Beautiful Dark Twisted Fantasy de Kanye West

Tras la tibia recepción brindada a su anterior trabajo, Mr. West tira de nómina de colaboradores, producción apabullante y un sample de Aphex Twin, exprime todas las posibilidades del Auto Tune, y ofrece un alarde de fuerza bruta para demostrar quién manda aquí.

04 L'amour de loin de Kaija Saariaho

Por fin podemos disfrutar en disco (antes sólo estaba disponible en DVD) de la que muchos consideran la mejor ópera de los que llevamos de siglo. El libreto es de Amin Maalouf, que extrae de la historia de amor Jaufré Rudel y la condesa de Tripoli toda su carga simbólica.

05 Swim de Caribou

Antes conocido como Manitoba, el canadiense Dan Snaith ofrece un catálogo ejemplar de electrónica viva en una año en que el género ha demostrado gozar de una salud envidiable.

06 Cosmogramma de Flying Lotus

Una nueva incorporación a la progresión lógica que en la pasada década tuvo en Burial su punto y seguido. Flying Lotus demuestra que está al nivel de todos sus ilustres predecesores.

07 This is happening de LCD Soundsystem

Despedida ¿agridulce? de James Murphy y su banda. La sombra de su primer álbum es alargada, de acuerdo, pero "This is happening" mantiene el mismo espíritu y ofrece al menos 4 o 5 grandes canciones, algo a lo que no todo el mundo puede aspirar. See you soon, Mr. Murphy.

08 Subiza de Delorean

Sin duda, el grupo español con mayor proyección internacional del momento. Entrar en el top 50 de Pitchfork no es algo que se consiga todos los días. Y con mucho espacio para crecer.

09 Sinfonía nº 4 "Los Angeles" de Arvo Pärt

Casi 40 años después de su tercera sinfonía, el compositor estonio vuelve al género sinfónico, aunque por la construcción del material musical podría pensarse que es una obra coral con instrumentos. La inclusión de fragmentos de su "Kanon Pokajanen" en la edición de ECM parece corroborar esta impresión.

10 Contra de Vampire Weekend

Parafraseando por partida doble a Manos de Topo, decir que el primero era mejor es muy feo. "Contra" es la continuación lógica de su predecesor, y añade si cabe aún más ingredientes a la mezcla. Pop para todas la latitudes.


Continuará...